miércoles, 30 de noviembre de 2016

Anorexia

La anorexia es uno de los trastornos alimentarios más frecuentes que provoca en las personas una pérdida de peso y apetito que se alejan de lo saludable. Las personas con este trastorno, pueden llegar a tener un miedo intenso a aumentar de peso, realizan dietas poco saludables para su cuerpo y hacen uso de métodos incorrectos para bajar de peso. Con frecuencia se suele dar a edades tempranas, en la pubertad y es más común en mujeres aunque también la padecen los hombres.

Los síntomas más frecuentes de este trastorno son: la existencia de un miedo intenso a aumentar de peso, negación a mantener el peso en lo que se considera normal para su edad y estatura, existencia de una imagen corporal muy distorsionada y que se aleja de la realidad, cortar los alimentos muy pequeños, hacer ejercicio a todas horas, negarse a comer con otras personas, uso de diuréticos o laxantes, piel amarillenta o manchada, depresión, boca seca, sensibilidad extrema al frío, osteoporosis, pérdida de grasa corporal y atrofia muscular…

Entre las causas que pueden llegar a desencadenar este trastorno se encuentran la preocupación por el aspecto y figura, existencia de un trastorno de ansiedad en la niñez, tener una imagen negativa de sí mismo, haber tenido problemas de lactancia, tratar de ser perfeccionista…


El mayor desafío con personas anoréxicas es hacerle ver al paciente que tiene esa enfermedad. Los principales objetivos del tratamiento son restaurar el peso corporal y modificar los hábitos alimenticios y esto se puede conseguir a través de programas que cuentan con una serie de pautas como: aumentar la actividad social, disminuir la cantidad y frecuencia de actividad física, planificar horarios de comidas… En casos muy extremos puede llegar a ser necesario el ingreso en el hospital. Además, también es muy importante y necesario el tratamiento psicológico a través de terapias como la individual conductista, terapia de grupo o la familiar; el objetivo de estas es cambiar comportamientos con el fin de estimular al paciente a comer de manera más sana. También se puede hacer uso de medicinas como antidepresivos, antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo, que pueden ayudar a tratar la depresión o la ansiedad pero no a recuperar el peso perdido anteriormente.


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