La hemofobia se define como el miedo exagerado a la sangre. En general, las personas hemofóbicas presentan miedo de su propia sangre, así como a la de las demás personas y animales; en algunos casos, las personas pueden padecer reacciones fóbicas con el hecho de observar fotografías o al escuchar hablar sobre sangre.
En cuanto a los síntomas, varían mucho en función de la persona. Algunas de las personas hemofóbicas, al presentarse el estímulo que desencadena la reacción, presentan una subida de la tensión arterial, así como una frecuencia cardíaca alta. Otros, sin embargo, pueden sufrir una bajada de tensión pudiendo llegar al desmayo. Los síntomas más comunes son los mareos, la confusión, el temblor, el sudor, etc. Además, el ofidofóbico suele desarrollar miedo con objetos relacionados con la sangre: cuchillos, agujas, jeringas, etc.
Puede no haber ninguna fuente ni experiencia que cause el trauma, pero generalmente, la hemofobia se origina en base a una experiencia de la vida real, pudiendo derivar en miedo a inyecciones o miedo a desmayarse. También existen fuentes secundarias de exposición, como películas, alguna historia traumática de algún conocido...
En cuanto al tratamiento, existen muchas terapias psicológicas basadas en la desensibilización gradual de la fobia. Debe llevarse a cabo bajo la supervisión de una persona especializada, ya que los intentos caseros pueden tener el efecto contrario y empeorar la situación. También se pueden utilizar medicamentos contra la ansiedad.
En un ámbito sanitario, debemos intentar comprender el miedo a la sangre, ya que burlas y bromas pueden crear más ansiedad en la persona.
Referencias:
-Hemofobia. Causas y tratamiento del miedo a la sangre [Internet]. GuíaPsicología.com. 2016 [cited 28 November 2016]. Available from: http://guiapsicologia.com/fobias/hemofobia/
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