jueves, 24 de noviembre de 2016

Esquizofrenia

La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico que se emplea, en personas, para denominar a un grupo de enfermedades mentales o trastornos mentales graves caracterizados por una serie de alteraciones de la personalidad, alucinaciones y por la pérdida del contacto con la realidad. Como cuenta con un carácter deteriorante y que se diagnosticaba a edades tempranas se le denominó “demencia precoz” en un principio.

Al contrario que en otras enfermedades mentales, en esta, no existen pruebas diagnósticas ni exámenes que ayuden a verificar la existencia de esta enfermedad. En el diagnóstico de la esquizofrenia se hace uso única y exclusivamente de la observación de aquellos signos y síntomas que nos indican su presencia, así como de la exploración de las vivencias de la persona y haciendo uso de las fuentes de información más cercanas como familiares, amigos o vecinos.

Los síntomas más habituales con los que cuenta esta patología son: delirios, que consisten en ideas erróneas de las que el paciente está convencido; alucinaciones, que se trata de percibir algo que en realidad no existe; trastornos del pensamiento, es cuando el lenguaje del paciente se hace incomprensible; aislamiento, los pacientes se encierran en sí mismos; o el deterioro de las emociones, que puede llevar a una ausencia de los sentimientos donde los pacientes se muestran inexpresivos y se comportan con frialdad.

Con respecto a las causas de esta enfermedad, el origen concreto de esta se desconoce pero es posible la existencia de varios factores que estén implicados en su aparición como: alteraciones precoces del desarrollo del cerebro, la predisposición genética (existencia de antecedentes familiares), alteraciones en sustancias del cerebro (neurotransmisores) o infecciones en el embarazo y complicaciones en el parto.


El tratamiento habitual y actual para esta enfermedad es el uso de medicamentos, denominados neurolépticos o antipsicóticos. Este tipo de medicamentos tienen la capacidad de corregir y actuar sobre los desequilibrios de los neurotransmisores. Además, está lo que conocemos como terapia psicosocial, que consiste en mantener al paciente ocupado bien a través de talleres, centros de día, grupos de autoayuda…




No hay comentarios:

Publicar un comentario