La acatisia pertenece a los trastornos del movimiento. Se define por la inquietud, lo que provoca que la persona necesite estar en movimiento de forma permanente (balancerse, caminar, cruzar y descruzar las piernas de forma repetitiva...). De esta forma, son incapaces de estar sentadas o quietas.
Esta enfermedad tiene parecido con la catisofobia, aunque en esta enfermedad no existe un temor a permanecer sentado, si no que simplemente les resulta imposible.
Entre los síntomas se incluye un malestar creciente, cansancio, hipertensión, rigidez, movimientos rítmicos por la noche... Se asocia frecuentemente a insomnio, náuseas, falta de concentración, impaciencia... Los síntomas pueden empeorar ante trastornos emocionales.
En cuanto al aspecto psicomotriz, se observa generalmente la inquietud, movimientos repetitivos realizados de forma involuntaria, distonía y contracciones (torceduras, malas posturas...).
La principal causa de la acatisia son los efectos secundarios de antipsicóticos, aunque también pueden ser debidos a antihistamínicos, antidepresivos, tratamientos antieméticos, anfetaminas... También puede ser de origen espontáneo, pero resulta más extraño.
El tratamiento principal de la acatisia consiste en dejar o reducir la dosis del fármaco sospechoso de causarla; pueden ayudar ciertos tranquilizantes o antihistamínicos.
También se realizan ejercicios físicos para relajar la musculatura y reducir los niveles de estrés.
La gestión de la acatisia también incluye ejercicios físicos para relajar los músculos y reducir el estrés.
Referencias:
-Acatisia. Síntomas, tratamiento y complicaciones [Internet]. Acatisia.org. 2016 [cited 5 December 2016]. Available from: http://acatisia.org/
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